domingo, 17 de marzo de 2019

Autorregulación emocional

La impulsividad se puede definir como una forma particular de percibir el mundo donde predomina una predisposición para reaccionar de forma incomtrolada, en la presencia de un evento o momento particular del exterior, o también se puede presentar al interior del individuo, siendo la falla del juicio analítico su signo principal donde no se ponderan las consecuencias de los actos propios.

Características de una persona impulsiva:
• Actúa, luego piensa.
• Contesta antes de terminar de oír la pregunta.
• Tiene dificultades para guatdar su turno.
• No soporta perder.
• Es impaciente.
• Tiene baja tolerancia a la frustración.
• Tiene muy poco autocontrol, quiere todo ya.
• Es desorganizado.
• Reacciona de manera desmedida ante cualquier cosa.
• Le cuesta planear. Busca satisfacer sus deseos inmediatamente.
• Cambia rápidamente de una actividad a otra. Carece de perseverancia.

De ésta manera, la inteligencia emocional es conceptualizada como una capacidad del ser humano para aumentar su calidad de vida; ya que entre otras cosas facilita la convivencia y la vinculación social. Asimismo, esta capacidad permite evitar la impulsividad, por lo tanto colabora en el ajuste al contexto inmediato de una forma adecuada y socialmente regulada.



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